Adolescente Embarazada

Adolescente Embarazada

martes, 1 de noviembre de 2011

Embarazo adolescente


Las chicas jóvenes experimentan sentimientos de soledad, de poca confianza en sí mismas que intentan suplir con las relaciones íntimas con el otro sexo.

Existe una escasa o nula comunicación con sus padres o con las hermanas mayores, sobre todo, en lo que concierne al sexo. Esto les lleva a buscar y encontrar la opinión y el consejo de otros jóvenes de su edad con su misma inexperiencia y falta de correctos patrones de conducta.

Existe además un desmedido afán por entrar en contacto con "nuevas experiencias".

Entre las madres adolescentes existe un factor común a todas ellas: una mala historia de rendimiento escolar. Existe un alto índice de abandono precoz de los estudios, sobre todo entre las madres más jóvenes.

Además parece ser que las jóvenes incluidas en programas de educación especial tienen también más riesgo de tener un embarazo en su adolescencia.

Todas las estadísticas realizadas demuestran que hay mayor número de embarazos en adolescentes cuyas familias están separadas y también en familias con un solo progenitor.
El embarazo adolescente


Hasta un 60% de las jóvenes madres pertenecen a familias cuyos padres están separados; y un 40% no ha vivido nunca una situación familiar estable. 

En el mismo sentido, se comprueba que el embarazo precoz es más frecuente en jóvenes cuyas madres son solteras o lo eran al concebir a su hija, o que, a su vez, habían tenido hijos a una edad muy temprana.

Un riesgo médico
El embarazo y el parto de una mujer de edad inferior a los 20 años tienen un alto riesgo puesto que se dan cita varios factores que aumentan la probabilidad de complicaciones, entre ellos la propia edad de la mujer, el bajo peso del niño y la prematuridad del alumbramiento.

El hecho de ser el primer hijo es otro factor de riesgo. Siempre tiene mayor probabilidad de padecer un sufrimiento fetal durante los últimos períodos del embarazo y en el parto.

La deficiente nutrición de la adolescente y las malas condiciones de reposo y bienestar físico durante el embarazo, son también factores de riesgo. 

También suele darse una habitual ausencia de cuidados prenatales en las jóvenes madres por la frecuente negación del embarazo por parte de la adolescente.

Embarazos precoces
En los embarazos adolescentes se presentan muy a menudo deficiencias en la nutrición de las chicas, ya que se produce un aumento de las necesidades en esta edad en la que aún está creciendo. 

También es un factor importante el hecho de que las adolescentes y las jóvenes se alimenten en muchos casos un tanto arbitrariamente y no se ajustan a las auténticas necesidades.

Presentan con frecuencia déficits minerales y de vitaminas que afectarán no sólo a la madre sino al hijo que lleva en su seno.

Las infecciones durante el embarazo, y muy en especial la infección urinaria, se presentan en un mayor número de gestantes adolescentes. 

Asimismo son más frecuentes a esta edad las infecciones de transmisión sexual, favorecidas por las circunstancias en que se desenvuelven a menudo sus relaciones, con alto riesgo de afectación del feto y consecuencias muy graves para éste, más todavía que para la misma madre.

Otra consecuencia en las adolescentes gestantes es la hemorragia durante el tercer trimestre del embarazo debido al desprendimiento prematuro de la placenta. El riesgo de parto prematuro y de muerte del feto dentro del útero aumenta con ello considerablemente.

La causa habría que buscarla en la inmadurez hormonal de la adolescente y en el también incompleto desarrollo del útero a esas edades.

Partos conflictivos
En este tipo de embarazos hay una mayor frecuencia de partos prematuros y de bajo peso en los niños al nacer. 

Si bien hoy día las técnicas de asistencia a niños se han desarrollado extraordinariamente, sigue siendo indudable que el bajo peso es una de las principales causas de mortalidad y de serias discapacidades en la primera infancia.

Entre las adolescentes que dan a luz, la presentación del niño "de nalgas" a la hora del parto aparece en cifras elevadas. El nacimiento de esta forma, como es sabido, lleva consigo un cierto aumento del riesgo de sufrimiento por parte del niño.

Al no estar en la adolescente completada la maduración del esqueleto de su pelvis son frecuentes durante el parto las situaciones en las que la cabeza del feto no es capaz de atravesar el canal óseo que le conducirá desde el útero al exterior. 

Así pues, con frecuencia se hace imprescindible la práctica de una cesárea, intervención que, en efecto, se efectúa más a menudo en adolescentes que en mujeres maduras.

Tras nacer
La mortalidad en los nacimientos entre los hijos de madres menores de 17 años triplica la existente entre madres de 20 a 29 años. 

También es mucho más alto el índice de lesiones cerebrales en el niño como consecuencia del traumatismo sufrido durante el parto o de haber nacido en condiciones de prematuridad.

Para muchos investigadores son más preocupantes los factores de índole psicológica, social y educacional. 

Según estos autores, tales niños tienen, tarde o temprano, mayores problemas, necesidad de ayuda especial, repetición de cursos escolares y terminación de los estudios a mayor edad que los otros niños. 

Son niños con agresividad, rebeldía y poco control de sus impulsos. Las causas de ello no se conocen aunque se han sugerido la falta de interacción madre-hijo, la ausencia de la figura del padre o los problemas socioeconómicos.

Una nueva madre

Las consecuencias postparto para la madre comienzan con un mayor índice de mortalidad materna y siguen con importantes alteraciones en el crecimiento, que puede incluso detenerse. 

También las carencias nutritivas influyen negativamente sobre ese crecimiento de la muchacha adolescente.

Las consecuencias de orden psicológico no son menos importantes para la madre. En adolescentes embarazadas se descubren con frecuencia sentimientos de autodestrucción, agresión hacia todo lo que represente autoridad, falta de responsabilidad o súplicas desesperadas en busca de atención y ayuda. 

Las madres muy jóvenes sufren retrasos en sus estudios y luego tienen mayores problemas a la hora de encontrar puestos de trabajo o de integrarse en los que tenían antes del embarazo.

Por si todo lo anterior fuera poco, se ha señalado en múltiples trabajos que la adolescente que ya tiene un hijo está en un gran riesgo de volver a quedar embarazada durante el resto de su adolescencia. 

En el plazo de tres años hasta un 70% tienen un nuevo hijo en algunos de los grupos estudiados en estos trabajos. 

En España las madres adolescentes entre 18 y 19 años lo eran de su segundo hijo en casi un 15% de los casos.

riesgos para la salud en la sexualidad adolescente



Los problemas de la salud reproductiva y la muerte son más comunes entre las adolescentes activas sexualmente que entre las mujeres de 20 a 34 años de edad.4Fisiológica y socialmente, las adolescentes son más vulnerables a:
  • La mortalidad materna: Las jóvenes entre los 15 y 19 años corren un riesgo dos veces mayor de morir durante el embarazo o el parto que las mujeres de 20 a 34 años de edad.4
  • La mortalidad infantil: Los niños de madres adolescentes tienen mayor probabilidad de morir durante los primeros cinco años de vida que aquellos de las mujeres de 20 a 29 años de edad.9
  • Enfermedades de transmisión sexual (ETS): Cada año a nivel mundial 1 de cada 20 adolescentes adquiere una ETS (incluyendo el VIH/SIDA).3
    En el Hospital de Kenyatta en Nairobi, de las jóvenes de 15 a 19 años de edad que habían acudido en busca de atención prenatal, una cuarta parte había contraído una ETS (gonorrea, clamidia o herpes).10
  • Violencia y abuso sexual: A las adolescentes les puede faltar confianza y capacidad de decisión para rehusar tener relaciones sexuales no deseadas. Las jóvenes que son sometidas a abuso sexual y violación pueden sufrir graves consecuencias físicas y emocionales para toda la vida.
    En entrevistas hechas a adolescentes en Perú y Colombia el 60% dijo haber sido victima de abuso sexual en el año anterior a la entrevista.11
  • El aborto en condiciones de riesgo: Cada año ocurren por lo menos cinco millones de abortos provocados entre las mujeres de 15 a 19 años.12 Debido a que en muchos países el aborto no está permitido por la ley, las adolescentes con frecuencia se someten a procedimientos inadecuados por parte de personas no capacitadas. Como resultado, las adolescentes constituyen un significativo y desproporcionado porcentaje de las muertes e incapacidades que causa el aborto en condiciones de riesgo.13
Problemas sociales y económicos
La capacidad de una madre joven de satisfacer sus necesidades y las de sus hijos se puede ver afectada por:
  • Falta de educación: Con frecuencia las mujeres jóvenes son expulsadas de los colegios si quedan embarazadas y pocas regresan.
    En Kenia cada año 10.000 adolescentes abandonan sus estudios a causa del embarazo.12
  • Falta de ingresos: Para las madres jóvenes sin educación o capacitación laboral puede ser muy difícil mantenerse a sí mismas y a sus familias.
Las jóvenes deben tener otras oportunidades
  • Edad para el matrimonio: Aplazar el matrimonio demora con frecuencia la concepción del primer hijo y también reduce el número total de hijos que una mujer puede tener en toda su vida, ya que le quedan menos años para procrear.6
  • Escolaridad: Una mujer que ha cursado algunos años de educación secundaria tiene menos probabilidad de tener hijos en la adolescencia.4 Las mujeres que han cursado siete años o más de educación se casan como promedio cuatro años más tarde y tienen 2.2 hijos menos que aquellas que no han recibido ninguna educación.14
¿Qué se puede hacer?
A largo plazo las políticas y los programas deben tener en cuenta los factores sociales, culturales y económicos subyacentes que contribuyen a la actividad sexual y la maternidad en la adolescencia. Esas políticas y programas deben mejorar la condición de las mujeres y de las jóvenes y ampliar sus oportunidades a través de:
  • Estimular el apoyo de la familia y la comunidad con el fin de aplazar el matrimonio y la maternidad.
  • Ampliar el acceso de las jóvenes a una educación y capacitación de mejor calidad y ayudarlas a desarrollar las habilidades necesarias para competir en el mercado laboral.
  • Aumentar la capacidad de generar ingresos y de tener acceso a otros recursos para las adolescentes y mujeres en general.
A corto plazo es preciso que los programas hagan lo posible para que todos los adolescentes asuman la responsabilidad de su conducta sexual y protejan su salud sexual y reproductiva por medio de:*
  • Eliminar las barreras legales, normativas y culturales que impiden que los adolescentes obtengan servicios e información sobre salud sexual y reproductiva.
  • Impartir educación apropiada y precisa a los jóvenes sobre salud sexual y reproductiva, dentro y fuera de las escuelas.
  • Diseñar y presta servicios sensibles y confidenciales de salud reproductiva que respondan a las necesidades particulares de la gente joven, les ayude a tomar decisiones informadas sobre la sexualidad y a negociar la práctica del sexo seguro y que hagan énfasis en la prevención del embarazo no deseado, el aborto realizado en condiciones inadecuadas y las ETS.

Factores protectores de embarazo en adolescentes:




        Se pueden considerar tres tipos: Personales, familiares y sociales.

Factores personales: Autoestima alta, buen rendimiento escolar, resiliencia, conciencia de la existencia de un ser superior, planes de estudios superiores, oportunidad de participación en actividades extracurriculares, sentido de propósito y futuro.

Factores familiares: Buena cohesión familiar, buena relación con la figura paterna, ausencia de abuso sexual en el medio familiar, mayor número de horas compartidas con los padres. Se ha encontrado que hijas de padres que abiertamente desaprueban las relaciones sexuales de sus hijas, demoran el inicio de la actividad sexual.(4)

         Factores sociales: Mensajes consistentes, ambientes sociales donde no exista consumo de alcohol, tabaco o sustancias psicoactivas, refuerzo de mensajes por parte de los pares, presencia de modelos que refuercen valores.    

        Colombia ha atravesado una guerra durante los últimos años producto del narcotráfico,  guerrilla y grupos de autodefensa; conflicto   que ha dejado  huérfanos, familias descompuestas, desplazados y un enorme problema de orden social. El desempleo y la violencia han tocado la puerta de miles de hogares colombianos. Reestructurar la sociedad requiere un enfoque nuevo: Enfoque de resiliencia. 

RESILIENCIA


Desde los años ochenta, ha existido un interés creciente por tener información sobre aquellas personas que viven en situaciones de estrés o tragedia difíciles de superar y que sin embargo superan estas condiciones y aún más salen fortalecidos.

El término “resilence” se emplea en ingeniería civil, para describir la capacidad de algunos materiales de recobrar su forma original después de haber sido sometidos a una presión deformadora. Este término, adaptado a las ciencias sociales, caracteriza a aquellos sujetos que a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y socialmente exitosos.

Existen muchas definiciones de resiliencia, tales como:
-Conjunto de procesos  sociales e intrapsíquicos  que posibilitan tener una vida sana en un medio insano.
-Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive ser transformado positivamente  por ellas.

Las características de las niñas resilientes son: Creatividad,  empatía, sentido del humor, autoestima consistente,  sentido de moralidad, sentido de propósito y futuro. Estas características son educables en el medio familiar y en el medio escolar y podrían constituir el pilar de protección para las conductas de riesgo en nuestras adolescentes.

Dentro de las estrategias para favorecer la resiliencia en el medio familiar se pueden considerar:

Ø      Promover amor incondicional.
Ø      Expresar el amor verbal y físicamente de manera apropiada para la    edad.
Ø      Favorecer la capacidad lúdica, la imaginación, la creatividad.
Ø      Permitir expresión de sentimientos  y el sentido del humor.
Ø      Favorecer el desarrollo de habilidades sociales.
Ø      Establecer normas y límites.

Aplicando este enfoque de resiliencia se  realiza un cambio de modelo de riesgo, basado en necesidades y en enfermedad a un modelo de prevención basado en las potencialidades y recursos que el ser humano tiene en sí mismo y en su entorno.




Programas de Educación sexual:

La educación sexual constituye un proceso de enseñanza de aspectos biológicos, psicológicos,  socioculturales y trascendentes de la sexualidad humana encaminados al desarrollo de habilidades y actitudes necesarias para una vida sexual positiva y saludable.

Las principales fuentes de información sexual  en nuestro medio son  los pares y los medios de comunicación, pero no existe ningún ambiente más favorable para dar información, educar y contribuir a una formación sana de la sexualidad que el ámbito familiar. Otro entorno que puede contribuir a la enseñanza es la escuela donde utilizando diferentes estrategias metodológicas, con una secuencia lógica, se favorezca el desarrollo cognitivo, afectivo y conductual.

La educación sexual, incluida dentro de los proyectos educativos institucionales, debe estar soportada y reforzada por la familia, los medios de comunicación, el personal de salud, grupos culturales, religiosos y centros de atención integral a adolescentes. Debe estar dirigida a contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los adolescentes,  a promover su salud integral, buscando desarrollar un pensamiento crítico que permita adquirir actitudes positivas frente a la sexualidad, más que la sola  adquisición de contenidos e información, así como la promoción de la autogestión.

Un metanálisis publicado en el año 2002, revisó trabajos aleatorizados  realizados entre 1970 y 2000 en Norte América, Australia, Nueva Zelandia y Europa Occidental. Evaluaba estrategias de prevención de embarazo  en adolescentes que incluían clases de educación sexual, clínicas ubicadas en el ambiente escolar, clínicas de planificación familiar y programas realizados en la comunidad. No se encontró  retardo en el inicio de la actividad sexual, aumento en el uso consistente de métodos de planificación familiar, ni disminución del número de embarazo en adolescentes y,  en cinco de ellos, se observó un incremento en el número de embarazos en compañeras de adolescentes hombres participantes.(5)

Por qué fallan los programas de prevención?

Es muy probable que este tipo de intervenciones sean muy cortas, estén orientadas más a la adolescente mujer, lleguen muy tarde, no tengan en cuenta los patrones culturales de cada región, ni el significado de la sexualidad y el embarazo para las adolescentes, ni estén enfocadas a favorecer el fortalecimiento de los factores protectores.

Las intervenciones para lograr el inicio  de la actividad sexual en el momento adecuado y la disminución en el número de embarazos en adolescentes, deben realizarse con  la participación  de todos los actores sociales, iniciarse antes de ingresar a la secundaria, involucrar a jóvenes desde su planeación y respetar las normas y patrones culturales de cada región.

Sus acciones, dirigidas en forma prioritaria a la población de mayor riesgo, deben tener enfoque de resiliencia y deben estar dirigidas más a promover el desarrollo personal integral que a suprimir una conducta. 

Las investigaciones realizadas a partir de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud del año 2000,   muestran que existen  diferencias en las tasas de embarazo en adolescentes de estratos socioeconómicos altos y bajos, 8% y 34% respectivamente.(6) Esta marcada diferencia se asocia en menor medida al promedio de jóvenes que mantienen relaciones sexuales y en una fracción menor aún a diferencias en el conocimiento y uso de métodos de control natal; las mayores diferencias  en el número de embarazos entre estratos socioeconómicos altos y bajos, se deben al porcentaje de jóvenes que conscientemente deciden quedar en embarazo y tener hijos.(7)

Este análisis coincide con los resultados de las encuestas realizadas en Colombia por la Universidad   de los Andes, Dinámicas, ritmos y significados de la sexualidad Juvenil,  respecto al embarazo en adolescentes,  donde se observa que existe una baja percepción de la gravedad del evento reproductivo; al contrario se registran ganancias afectivas  tales como obtener compañía, un sentido y un proyecto de vida, alguien por quien luchar. Algunas afirman obtener mayor independencia y libertad del medio familiar, crecer en madurez y responsabilidad y  puede ser esta una forma de asegurar su futuro.(8)

Estos resultados evidencian la necesidad de favorecer en los adolescentes de Colombia y en general de América Latina, unas mejores oportunidades de capacitación, formación integral,  recreación,  acceso a servicios de salud,  integración a la vida laboral con una perspectiva más optimista de futuro y progreso; basada en una elaboración realista de su propio proyecto de vida.

Solo así podremos construir un futuro mejor para las nuevas generaciones de América.







embarazo en adolescentes: Una visión desde la realidad Colombiana.



Médico y especialista en Ginecología y Obstetricia de la Universidad del  Rosario de Bogotá Colombia. Especialista en Bioética de la Universidad de la Sabana. Fellow en Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de la Federación Internacional de Ginecología Infantojuvenil. Vicepresidente de la Asociación Colombiana de Adolescencia. Jefe área de Ginecología y Obstetricia, Facultad de Medicina Universidad de la Sabana, Bogotá Colombia.

La adolescencia, es un proceso dinámico,  una etapa del desarrollo de la persona que transcurre   entre la niñez y la vida adulta, que implica la reestructuración de valores, actitudes, intereses, normas y pautas de  comportamiento sicológicas y sociales. Simultáneamente con el  proceso biológico que involucra cambios en la estructura morfológica y fisiológica corporal ocurren una serie de eventos psicoemocionales, así como un proceso de adaptación al grupo sociocultural de su tiempo y entorno, que lo llevan a alcanzar la madurez físico-psíquica y el estatus adecuado que le permiten asumir responsabilidades, ejercer deberes y tener derechos de adultos.

Se puede dividir  la adolescencia en tres etapas: Temprana de los 10 a los 14 años, media de los 15 a los 17 años y tardía de los 18 a los 20 años. En cada una de ellas se realizan cambios en el desarrollo cognitivo, emocional, social y moral del individuo.

Durante la adolescencia, el ser humano debe realizar procesos fundamentales: adquisición de  autonomía y afianzamiento de su propia identidad, pertenencia y aceptación por parte de un grupo social y elaboración   de  un proyecto de vida.

De los seis mil millones de habitantes del planeta, mil millones atraviesan esta etapa de la vida.  Mientras  en Norteamérica el 17% de la población es adolescente en América Latina constituye el 21% de la población general; en Colombia la quinta parte de la población es adolescente así de 43 millones de habitantes,  8.5 millones son adolescentes.

A pesar del incremento en el nivel educativo de los jóvenes en América Latina y sus implicaciones positivas para el desarrollo; el intercambio con pares, la influencia de los medios de comunicación,  la mayor libertad que tienen los adolescentes en la sociedad y la modificación en la escala de valores, aumentan  la actividad sexual a temprana edad lo cual se ve reflejado en el mayor número de embarazos, abortos e infecciones de transmisión sexual.

El incremento en  el  número de  embarazos en adolescentes, ha sido un fenómeno de enorme interés en los últimos veinte años y ha llamado la atención de administradores de política pública, investigadores y  personal de salud.

Esta problemática es  considerado  actualmente causa y consecuencia de la pobreza y en muchos trabajos se ha señalado este fenómeno como uno de los causantes de la desigualdad económica en los países del Tercer Mundo. Las restricciones económicas propias de la madre adolescente, limitan en gran medida las posibilidades de movilidad social de los hijos lo que obstaculiza el desarrollo por  vías alternas como la educación; cerrando el círculo de reproducción de la pobreza que se profundiza más intergeneracionalmente.

En Estados Unidos cada año ocurren un millón de casos de embarazo en adolescentes de los cuales  terminan en aborto y cerca de treinta mil se presentan en menores de 15 años.

En Colombia mientras  la tasa de natalidad general ha ido disminuyendo,  la tasa de  embarazo en adolescentes se ha ido incrementando en forma paulatina. En el año 1987 correspondía al  7.5%,  en 1997 al 14% y actualmente ocupa  el 20 % del total de los nacimientos.

Dentro de las  cinco primeras causas de hospitalización en población adolescente y joven a excepción de la apendicitis  que ocupa el segundo lugar, todas las demás están relacionadas con atención de parto, complicaciones del embarazo o aborto. Se observa además que el número de abortos aumenta con la edad.

Llama la atención a nivel nacional que a pesar del empeño puesto en el diseño de políticas de salud sexual y reproductiva y de múltiples acciones sociales generados por diversos grupos de trabajo, la situación siga siendo compleja a juzgar por la precariedad de los resultados de muchas intervenciones realizadas.

Factores que favorecen el embarazo en adolescentes:

Por una parte existe una discrepancia entre la madurez física y la madurez cognoscitiva: la adolescente, es capaz de concebir pero es incapaz de comprender las consecuencias de su actividad sexual para el  futuro.(1)

Puede darse también el “Mito personal”: Sensación de invulnerabilidad  frente a las consecuencias negativas que le ocurren a otros adolescentes que participan en conductas de riesgo.

Influencia de los medios de comunicación: Cada año se transmiten en televisión 14.000 referencias sexuales pero  sólo 170 de ellas mencionan autocontrol, métodos de planificación,  o abstinencia. Así como muchos estudios relacionan la violencia en los medios con la violencia en la vida real, sólo dos  asocian escenas sexuales con conductas sexuales de riesgo e inicio temprano de la actividad sexual.(2)

Existe además una clara relación entre abuso sexual en la infancia y la pubertad y el embarazo en adolescentes. De acuerdo a investigaciones realizadas por en Instituto Alan Gutmatcher el 75 % de las adolescentes que tuvieron actividad  sexual antes de los 14 años, habían sido forzadas.(3)

Esta relación es observada también en Colombia y es más notoria en  niñas de estratos socioeconómicos bajos, en áreas rurales alejadas, donde el hacinamiento, el machismo y los patrones culturales favorecen este tipo de conductas.
       
La estrategia para el diseño de programas de prevención debe basarse entonces en el  fortalecimiento de factores protectores que contrarresten los factores de riesgo. 

Factores protectores de embarazo en adolescentes:

        Se pueden considerar tres tipos: Personales, familiares y sociales.